Cada país que visitamos tiene un cierto número de
atractivos que se posicionan en lo más
alto de la tabla de lo más demandado por el turismo internacional y nacional.
generalmente esos atractivos tienen que ver con las bellezas naturales, las
principales impulsoras de los largos viajes que tomamos para poder admirar por
nuestra propia cuenta algunos paisajes que nos parecen irreales de tan
hermosos.
México es un país cuya lista de atractivos es
innumerable. Cuando pensamos que ya conocíamos los más importantes, las mejores
costas, los sitios arqueológicos más destacados, los pueblos más coloridos y
encantadores, aparece un nuevo estado, una nueva ciudad, mostrando que el
territorio mexicano es inagotable para los viajeros sedientos de nuevos
lugares.
Uno de estos lugares es Ciudad Juárez, del estado
de Chihuahua, al norte del país, en el límite con el vecino país de Estados
Unidos. Este lugar es un tesoro guardado por los mexicanos para los ojos de
quienes quieran descubrir realmente las múltiples formas de la belleza y no
solo aquellas que las agencias de viajes nos invitan a mirar.
Un claro ejemplo de esta otra belleza, imponente
por su grandeza y a la vez simplicidad es el de las Dunas de Samalayuca, uno de
los mayores atractivos de Ciudad Juarez, que llega a conmover a los viajeros
incansables que buscaban otro paisaje y a los turistas que no esperaban
encontrarse con esa postal.
Este desierto en medio de la ciudad nos invita a
sumergirnos en su contemplación, a ver por horas como van cambiando de forma y
tamaños las dunas según corre el viento más fuerte o la suave brisa. Quienes
sean aficionados a la fotografía tendrán en este sitio un lienzo blanco sobre
el que crear desde los ángulos y planos que deseen, captando el movimiento del
sol a medida que se va ocultando y comienza la noche a llegar a este suelo.
Pero no es solo la innegable belleza lo que hace
de las Dunas de Samalayuca uno de los mayores atractivos de Ciudad Juárez sino
que también la apropiación que hicieron de ellas los más jóvenes y aventureros
a través de deportes como carreras de jeeps y motos en las que la naturaleza es
la pista ideal para este tipo de competencias tan vertiginosas. Esto ha
provocado la visita de muchos jóvenes de zonas cercanas y una forma de conocer
el lugar a través de lo que se conoce como turismo aventura.
Los pobladores aconsejan visitar este hermoso
lugar en las estaciones de otoño e invierno pues recordemos que el clima es
desértico y por lo tanto las temperaturas son extremas, registrándose durante
el verano la máxima en todo el país que puede causarnos insolación,
especialmente si deambulamos por estas dunas sin protección y sin guías. En
otoño e invierno el clima es más benévolo con nosotros pero no debemos olvidar
llevar anteojos para el sol y un abrigo porque la temperatura suele descender a
medida que anochece.
Sea la tranquila contemplación o la velocidad del
deporte, las Dunas de Samalayuca de Ciudad Juarez es uno de los paisajes
obligados a conocer para todo viajero que quiera experimentar la belleza en
todos sus estados.
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