Con
motivos de las celebraciones del centenario de la ciudad de Los Mochis se pone
de pie en esta misma ciudad, La Casa del Centenario que tuvo en ese momento el
objetivo de ser sede de las celebraciones cívicas por iniciativa de un grupo de
empresarios de la zona.
Su
infraestructura está caracterizada por un estilo colonial pretendiendo
representar la arquitectura de época como también conservar ciertos elementos
de exposición, realización de conferencias, presentaciones de libros que
durante el año 2003, en el centenario, adquirieron mayor relevancia por hacer
muestra de la historia de Los Mochis.
El
edificio fue construido en el año 1945 en terrenos de la Compañía Azucarera,
donde se permitía el acceso a la entrada principal del ingenio. Se nombra como albañil responsable de la
remodelación de lo que antes era sólo una pequeña casita de madera, a Don Juan
José Soto siguiendo al pie de la letra los planos que en ese momento fueron realizados
por los ingenieros de la Azucarera. La zona que rodeaba la casa representaba el
ambiente colonial, con arquitectura bien característica donde generalmente
residían todas las casas de habitación para empleados y altos funcionarios de
la United Sugar Co, teniendo similitudes con la famosa Casa Grande,
perteneciente a Benjamín Johston donde actualmente funciona el Museo Regional
del Valle del Fuerte, en la cual inició su construcción en 1902, como verá, una
año antes de la fundación de la ciudad.
A
medida que los años pasaron, la casa sufrió ciertas remodelaciones que
procuraban mantenerla de pie generalmente llevado adelante por cada uno de los
propietarios de ella en cada época.
Hoy
en día permanece con las mismas características que el superintendente del
Ferrocarril Mexicano del Pacifico y
segundo jefe de la Compañía Azucarera Conrado Ochoa Beltrán otorgó cuando fue
su propiedad junto con su señora esposa, quienes tuvieron el honor de ser los
que primero la habitaron.
Todo
a su alrededor se contempla como representativo y hace resplandecer los
detalles coloniales que en su momento constituyeron a la Casa del Centenario
como monumento histórico de la ciudad. Y una de las cosas que destaca todo ello
es el Monumento a la Madre que se encuentra al frente de la casa, en un pequeña
plazoleta, que según cuentan los lugareños muchas historias pasaron por ese
lugar y pretensiones de colocar monumentos varios hasta que con críticas y controversias la
madre obtuvo su mérito.
A
partir de la iniciativa de toma este sitio como centro histórico para la
celebración del centenario, como se dijo anteriormente, numerosas actividades
se planificaron y dieron cabida a ideas como “la cápsula del tiempo” que se
consagró como una de las iniciativas que mayores repercusiones tuvo en el
lugar.
Esta
misma se pensó como contenedor de objetos y recuerdos que pudiera ser abierto
luego de un tiempo pasado el centenario, más precisamente una vez que Los
Mochis cumplieran 150 años, es decir en 2053. De esta forma, se insiste en que
los jóvenes sean los testigos del cierre de la caja y por su puesto su apertura
una vez concluidos los próximos 50 años. Es así como los habitantes encontraron
una manera de dejar mensajes, recuerdos o historias que descubrirán quienes al
cabo de este período de tiempo puedan recuperarlo y tener un grato recuerdo de
aquel 2003.
Sofía
Hallak
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