La religiosidad es uno de los aspectos más
profundos y arraigados en la cultura de los habitantes de México desde mucho
antes de la llegada de los españoles, aunque la gente suele asociar la
colonización con la incipiente fe. Pero la religión es algo que el pueblo de
Mexico tenía en su cosmovisión desde hace mucho, desde las primeras
civilizaciones que ocuparon este territorio.
Por ello no es de extrañarnos que sigan
venerándose ciertas imágenes, sean de la iconografía católica o de la ancestral
maya o azteca. La Isla Mujeres ,
en el sureste mexicano, recibió ese nombre pues al llegar allí los españoles se
encontraron numerosas figuras en honor a diosas en las que lo habitantes
originarios creían, posiblemente en referencia a Ixchel, la diosa maya de la
fertilidad y las aguas.
Con la excusa de la evangelización de los
bárbaros los españoles, además de invadir el territorio y arrasar con una de
las culturas más sabias conocidas, se dedicaron a enseñar la palabra de Dios y
a construir Iglesias que muchas veces era lo que debían hacer para que se les
entregase, a cambio de ello, tierras para instalarse en el continente
americano.
Poco a poco la nueva fe comenzó a plantar raíces
en la gente de esta parte del mundo y fue a través de la aparición de la Virgen de Guadalupe a aquel
humilde pastor llamado Juan Diego como la alianza de amor y devoción del pueblo
con la imagen de la Virgen
quedó sellada para siempre pues ahí se presentaba esa Virgen, morena como los
mexicanos y humilde, cuidadosa y protectora de su siervo como la imagen misma
de la bondad y de la protección. Es como si ella misma se hubiera aparecido a
cada uno de quienes día a día le rezan y cada 8 de diciembre peregrinan a su
Basílica desde distintas partes del país hasta la Ciudad de México.
En cada sitio donde vamos nos topamos con un
templo. Los templos en Isla Mujeres con un claro ejemplo de ello pero además de
esa transición entre una cultura y otra: la originaria de Ixchel y la
colonizadora con la Virgen María.
Más allá de la lectura histórica existe una
realidad que es la fe del pueblo mexicano y es por lo que vemos en los templos
el testimonio de esa veneración. La
Iglesia de Concepción Inmaculada es uno de los templos en
Isla Mujeres que se erige como muestra de la presencia de la fe católica, para
que los pobladores celebren sus misas y fiestas así como para que los turistas
tengan un momento de oración y de contemplación en su interior.
Cabe destacar que más allá de la oración, los
templos religiosos se han convertido, en todas partes del mundo, en centros de
atracción turística formando parte de lo que se conoce como “turismo religioso”.
Como si no tuviéramos opciones en Isla Mujeres, entonces, se agrega esta
perspectiva especial para aquellos que disfrutan de este tipo de tours así como
para los fanáticos de la arquitectura puesto que cada templo nos cuenta la
historia de su construcción que, dicho sea de paso, suelen ser muy interesantes
pues la mayoría tuvo lugar en medio de los procesos de autonomía de la nación y
entre enfrentamientos entre la misma iglesia con los distintos gobiernos y
fuerzas revolucionarias.
La historia de este templo en particular se
remonta al año 1890 cuando un pescador encontró tres imágenes idénticas de la Virgen María que se piensa que
fueron traídas por los mismos españoles en el año 1770. Solo una de ellas quedó
en Isla Mujeres y alrededor de ella se construyó este templo para venerarla.
Se destaca entonces, si el lector no tuvo
oportunidad de notarlo, como la historia de las imágenes de las deidades se
repite. Así como antes se habían encontrado las figuras de las diosas
mayas, tiempo después son figuras de la Virgen María las que aparecen
en la tierra como nombrando nuevamente un lugar, o extendiendo ese nuevo poderío
que se erigía en base a la fe y a la devoción que por ella sienten millones de
mexicanos que se encomiendan a su imagen para obtener protección, amor y
cuidado para ellos y sus familiares.
Como vemos, la historia de la cultura misma de
México y de su identidad se puede ver en lugares como este templo al que quizás
no le prestaríamos atención pero que si nos ponemos a investigar un poco nos
damos cuenta de las grandes historias que esconde tras sus paredes.
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