28 nov 2012

Catedral de Guadalajara (México)


Guadalajara es la capital del estado de Jalisco y una de las ciudades más importantes de todo el territorio mexicano que, día a día, logra crecer mucho más en todos los ámbitos: desde el urbano hasta el cultural, pasando por el comercial y todos aquellos aspectos que hacen de una polis un verdadero centro de atracción tanto para inversores como para turistas.
Conocer la ciudad de Guadalajara no requiere ningún esfuerzo sino de tiempo, puesto que son muchas las cosas que nos atraen, los recorridos que se nos propone y los lugares que podemos visitar. Esta ciudad es ideal para los grupos familiares puesto que hay muchas actividades que se pueden realizar que son interesantes para todas las edades.
Conocer una ciudad nueva implica prestarle atención a cada mínimo detalle. Las palabras que se usan, los puestos de comida e la calle, las plantas que adornan las plazas, la disposición de los locales comerciales, los horarios, el trato de la gente. Pero también tiene que ver con las visitas fundamentales a ciertos sitios como la plaza principal, el parque más visitado, el zoológico, el teatro más conocido y la Catedral, puesto que esta última es, de todos los templos religiosos del lugar, el más importante.
La Catedral de esta ciudad no es solo uno de los templos en Guadalajara donde los feligreses se reúnen sino, como decíamos, el símbolo de la importancia y de la presencia de la Iglesia en este lugar, mismo rol que cumplen las catedrales de otras ciudades. Es allí donde tienen lugar las grandes celebraciones religiosas del pueblo y del calendario católico, así como las misas celebradas por el Obispo y las mayores autoridades eclesiásticas.
La Catedral de Guadalajara es una visita obligada pero no solo porque aparezca en los folletos como una postal típica del casco urbano sino por su propia belleza y valor arquitectónico, que la convierten en uno de los puntos más importantes en la larga lista del patrimonio histórico y cultural tapatío.
La Catedral Basílica de la Asunción de María Santísima, conocida también como Catedral Metropolitana, se erige en pleno corazón del Centro Histórico de la ciudad. La construcción de este templo data del año 1560 pero ha sufrido innumerables cambios debido no solo al cambio de materiales y de escuelas artísticas sino de los propios eventos naturales como los sismos que sacudieron esta parte del territorio mexicano y que provocaron derrumbes y grietas en partes importantes de su edificación.
A decir verdad la primera catedral construida aquí tiene fecha anterior, en el año 1541, y fue erigida con materiales como adobe y paja. Pero en 1561 se obtuvo la autorización según la cual los costos de la nueva edificación correrían por cuenta de la Real Hacienda. Y así comenzó la historia de esta construcción que tiene su primera interrupción en el año 1574, cuando unos disparos vecinos se desviaron hasta el techo de la Iglesia provocando un incendio que la dejaría semidestruida.
La recuperación se terminó de realizar recién en el año 1618 y logró mantenerse entera hasta 1818, cuando un terremoto logró derrumbar nada menos que la cúpula y las dos torres que eran los símbolos del templo. Las nuevas torres duraron hasta otro sismo en el año 1849. Luego de estas experiencias se colocaron unas realizadas en hierro en el año 1854.

Los sismos que se produjeron antes y después de esta última fecha han afectado de una forma u otra a la entereza de la construcción, siendo el último de ellos el que se produjo en el año 2003. Una de sus torres se encuentra ligeramente inclinada y la totalidad del edificio presenta un leve hundimiento, tal como la Catedral de la Ciudad de Mexico.
Todo ello, sin embargo, no logra opacar la belleza y la majestuosidad del lugar donde podremos encontrar imágenes impactantes de la iconografía cristiana como las de Nuestra Señora de los Dolores o la del Cristo de las Aguas.
Si estamos de paso por este emblemático lugar no podemos dejar de  visitar a la “cripta de los arzobispos”, que se encuentra en el interior de este que es el más importante de todos los templos en Guadalajara. Esta cripta se encuentra situada estratégicamente debajo del coro y del altar mayor y allí descansan los restos de las autoridades que pasaron por esta diócesis y de los obispos Francisco Gómez de Mendiola y Don Juan Santiago de León Garabito, cuyos cuerpos permanecieron en perfecto estado de conservación luego de su fallecimiento, razón por la cual las personas les atribuyen la santidad.

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