Guadalajara es la bellísima capital del Estado de Jalisco. El espíritu de
México palpita en esta ciudad que año a año atrae a miles de turistas ansiosos
por vivir nuevas experiencias, probar lo mejor de los sabores, aromas y
vibrantes colores mexicanos, que sumados a la hospitalidad que caracteriza a
los habitantes de Guadalajara vuelve a la ciudad uno de los mejores destinos en
México. La rica historia que envuelve a la ciudad fue forjándose a través de
los siglos, de ella sobreviven los antiguos edificios como testigos silenciosos
de un pasado que no se fue del todo, contrastando con las más modernas
edificaciones que no recuerdan el carácter cosmopolita y siempre vivo de la
ciudad. En este artículo te contamos sobre uno de los sitios que no puedes
dejar de visitar en tu próxima visita: el Jardín Botánico de Guadalajara,
que al igual que la ciudad está plagado de historia.
En el barrio El
Santuario, frente al Hospital Civil y la Iglesia de Belén, florece el Jardín
Botánico. Su historia está íntimamente vinculada a estas dos instituciones, ya
que los orígenes del jardín se debieron al intento de decorar y engalanar el
paisaje urbano de las mismas. En el año 1073, cuando fue inaugurado el
nosocomio y la iglesia, el espacio que los precedía era meramente un gran
predio abandonado, un baldío. A los habitantes de Guadalajara se les ocurrió
crear un hermoso jardín, y para esto se cultivaron plantas y árboles utilizando
los métodos empíricos de la ciencia de la época, es por esto que el jardín
recibe el nombre de Jardín Botánico.
En un principio,
el preciado espacio estuvo a cargo de los betlemitas, miembros de la religiosa
Orden de los Hermanos de Nuestra Señora de Bethlehem del Templo Nuestra Señora
de Belén, enfrente del jardín. Sin embargo, los betlemitas fueron acusados de
malos manejos de los fondos y desfalco, por lo que debieron abandonar el lugar,
y el jardín pasó a manos de los vecinos de Guadalajara. Más adelante la labor
fue llevada a cargo por la Hermanas de la Caridad, quienes vieron interrumpido
su trabajo en el año 1875 cuando fueron expulsadas de México debido a la
situación política del país, ya que luego de la declaración de la Independencia
en 1821, el nuevo Estado independiente tenía problemas con la Iglesia y sus anticuadas
convicciones coloniales. Así, el Jardín Botánico retornaba a las manos civiles.
En el año 1892
se cumplían 100 años de la muerte del Fray Antonio Alcalde y Barriga, más
conocido como Fray Antonio Alcalde o Fraile Calvera. El religioso había sido responsable
de la cración de numerosas instituciones en Guadalajara, entre ellas del
Hospital Real de San Miguel, hoy conocido como Hospital Civil. Se decidió
honrarlo levantando un monumento en honor a su persona en el Jardín Botánico,
frente al Hospital. Por este motivo el jardín es conocido por muchos de los
ciudadanos como Jardín – Plaza Alcalde. Además, ese mismo año se renombró la
Avenida de Santo Domingo con el nombre del fraile. Existen, además, los
Jardines Alcalde y el Parque Alcalde que en Guadalajara recuerdan y rinden
homenaje a este personaje tan querido por la capital jalicense.
La historia del
espacio verde también se encuentra teñida de sangre. Durante la larga lucha por
la Independencia de México, el Jardín funcionaba como el lugar destinado por la
Intendencia de Guadalajara para ejecutar a los Insurgentes que eran capturados
en los alrededores de la ciudad.
A mediados del
siglo pasado, en el año 1948 el Jardin sufrió una importante remodelación,
mediante la cual se trazó un declive desde la vereda del Hospital Civil hasta
el límite de la calle Juan Álvarez cuyo nivel es inferior, se amplió el jardín
al retirarse el muro de calicanto de la parte norte, se abrió la calle
correspondiente al nosocomio a lo largo del parque, se instalaron 56 bancos de
concreto con revestimiento de piedra, se pavimentaron los caminos internos del
jardín, se creó un pozo de agua con capacidad suficiente para mantener el
jardín, y se plantaron 200 árboles. El nuevo y mejorado parque fue inaugurado
por el entonces presidente mexicano Miguel Alemán Valdés, el 21 de Noviembre de
1948, estrenando un nuevo nombre: Jardín Venustiano Carranza.
El nuevo jardín
contó con bustos de bronce del famoso químico francés Louis Pasteur y del
revolucionario mexicano de la democracia José María Pino Suárez, que
actualmente se encuentran desaparecidas, al igual que la antigua estatua del
Fray Antonio Alcalde. Sin embargo, hoy en día puede apreciarse una nueva
escultura en honor al fraile que se eleva en el centro del jardín sobre una base
de cantera, fue colocada el 7 de agosto de 1992, día en que se conmemoraba el
segundo centenario de su muerte. En agosto de ese mismo año se colocó además el
busto de Francisco Ruíz Sánchez, que fue un médico, fundador e investigador del
Instituto de Patología Infecciosa del Hospital Civil. También, por el costado
que da a la calle Juan Álvarez puede apreciarse una estatua de Venustiano
Carranza, colocada en el año 1968.
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