Cuernavaca se destaca por su explosión cultural, sus paisajes costeros, su eterna primavera
debido a su clima templado durante todo el año. Aquí se presentan diversas propuestas
para conocer a fondo esta cultura y su historia, en este caso hablaremos de un personaje
que formó parte de ella e hizo su aporte artístico con la creación de un sitio que asombra
por su magia y sus diferentes puntos de disfrute. El coleccionista de origen norteamericano
Robert Brady, impulsor de la creación del espacio que es hoy el museo Brady, bautizado con
su propio nombre. Contiguo a la catedral de Cuernavaca se encuentra este alucinante museo
Brady, la antigua casa de Robert Brady, que enamorado de la belleza de Cuernavaca decidió
instalarse allí, donde vivió casi 30 años. Un personaje del mundo del arte plástico y el diseño,
coleccionista de objetos de arte. Tras su muerte la residencia, y dentro todas sus invaluables
colecciones, pasaron a convertirse en lo que es hoy este impecable museo, por decisión del
propio Brady.
Comenzó a funcionar en la década del ´90 con un increíble resultado en el público juvenil y
escuelas, que realizaron visitas guiadas. Dentro del museo, se puede apreciar la supervivencia
del estilo colonial mexicano, en contraste con obras artísticas de distintos sitios del mundo
contemporánea.
Dentro de esta casona podemos encontrarnos con obras de arte religioso coloniales, objetos
de arte nativo. Pinturas de reconocidos artistas plásticos como lo son Diego Rivera, David
Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, entre otros.
En la terraza, nombrada el “Cuarto de Arte Tribal”, hay en exposición objetos provenientes de
África y Asia.
La cocina también, es parte del itinerario de las muestras que ofrece el museo donde hay una
enorme pintura de la cocinera de Brady, que él mismo pintó y además varias obras de San
Pascual Bailón, el patrono de los cocineros.
Como un broche de oro también, en la planta alta nos encontraremos, para nuestra sorpresa,
con un autorretrato de Frida Kahlo acompañada de un mono y una pieza del reconocido
postcubista Rufino Tamayo, ambos personajes distinguidos en el mundo de arte.
Funciona dentro de la casona, los días jueves, un ciclo de cine donde se presentan distintos
ciclos del cine mundial.
Este museo cuenta con más de 1300 piezas de colección y no tiene nada que envidiarle a
ningún otro museo, tanto en calidad de obras como en el diseño de la residencia Brady dejo su
marca personalizada, poniendo en cada una de su propio estilo.
Sus jardines colmados de vegetación, permanecen en prolija armonía con el interior de la
residencia, objetos de distintas culturas lindan unos con otros en una misma habitación, que a
su vez esta colmada de color y de diseño. Todo este clima se vive en el museo Brady.
Con un encanto natural, una visita obligada para los turistas, ya que este exótico espacio nos
invita a disfrutar del arte de un modo original y con la variedad de culturas reunidas para el
deleite de su público.
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