Al oeste de la península de Yucatán, situado
en la costa se ubica San Francisco de Campeche. Esta ciudad es actualmente muy
visitada, en al ámbito turístico por sus costas y playas. Pero Campeche ofrece
mucho más que solo turismo aventura y paisaje tropical. En esta oportunidad sitios
históricos, como el Baluarte de San Pedro nos invitan a conocer la parte
colonial e histórica de este gran estado.
Edificado con la utilización de materiales
como los son el sascab, que en reemplazo de la cal usaban los antiguos nativos
en la construcción de los diversos proyectos y también con cancab que es un
tipo de tierra propia de la región que posee casi los mismos componentes que la
cal y el cemento.
Este baluarte fue el sexto en realizarse y está
hecho en honor al primer papa, de allí deriva su nombre y en su honor también,
podemos contemplar el símbolo papal y las llaves del cielo, labradas en la
puerta de ingreso. En 1702 se finaliza la obra que consta con un espacio de
1,137 metros cuadrados.
Está situado en forma hexagonal y participa de este
circuito reforzado, que fue de gran utilidad para diversos enfrentamientos
militares. El interior cuenta con un patio con escalera que nos lleva a la
terraza donde están a la vista sus dos garitones. En uno de ellos estaba una de
las campanas, que cumplía la función de alertar a la población mientras la
ciudad estaba amurallada, en el otro había una letrina que todavía se conserva.
Tras concluir la obra se crea allí el Tribunal
de la Santa Inquisición que funciono también como prisión, según lo afirman varios
historiadores, aunque no es un dato totalmente veraz, ya que no se tienen
pruebas fehacientes del hecho en concreto.
Al lado de este baluarte, durante el siglo
XVIII, fue edificado el primer Hospital de México (hoy en día su edificación
sigue en pie pero de modo simbólico) y la Iglesia San Juan de Dios, que se
mantiene en funcionamiento en la actualidad.
En 1824 se empleo como fortaleza en defensa de
los ataques de Mérida y al igual que en 1842 cuando el general Santa Anna
invade el territorio. Este imponente fuerte sirvió a las tropas como refugio y
depósito de armamentos, municiones entre otros elementos para las batallas.
En 1986
se adhirió en el Decreto Zona de Monumentos Históricos y en 1999 fue nombrado patrimonio mundial e
histórico.
En este espacio funciona actualmente el Museo
de Artesanías y también brinda información a los turistas.
Esta fortaleza nos atrapa. Llena de misterios
y leyendas creadas a su alrededor valen la pena de apreciar en familia y
dejarse capturar por su imponente belleza y la de sus fortalezas hermanas.
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