La zona arqueológica de Hochob se encuentra en una región del estado de Campeche denominada Los Chenes, a 135km. de dicha ciudad. Como otras tantas bellezas arquitectónicas mayas, Hochob sorprende por el buen estado de conservación de sus contrucciones y el esplendor de sus figuras y mascarones.
El nombre del lugar proviene de un vocablo maya y significa “Lugar de las mazorcas del maíz” o “Lugar donde se guardan las mazorcas de maíz”. El sitio fue edificado sobre una lomada de alrededor de 30 mts de altura, que a su vez fue aplanada para que se construyera sobre ella una plataforma que contiene al único
conjunto de estructuras mayas del lugar.
En lo que hace a su historia, se pudo determinar, parcialmente, que Hochob fue ocupada por seres humanos alrededor del año 800 d.C. y abandonado cerca del año 1100 d.C. Pero salieron a la luz del mundo contemporáneo cuando un explorador, Teobert Maler, la conoció y publicó fotos de ella en una famosa revista alemana de Geografía, en 1895. En cuanto a las formas de sus estructuras, esta mítica ciudad sigue el estilo Chenes, con mucha prolijidad en cuanto a la organización de los bloques y un predominio de figuras y
mascarones del Dios Itzamná. Tal como sucede con otras construcciones mayas (como es el caso de Dzibilnocac) la estructura principal se erige tomando la forma del Dios con sus fauces abiertas, amenazante, como puerta de entrada.
El nombre del lugar proviene de un vocablo maya y significa “Lugar de las mazorcas del maíz” o “Lugar donde se guardan las mazorcas de maíz”. El sitio fue edificado sobre una lomada de alrededor de 30 mts de altura, que a su vez fue aplanada para que se construyera sobre ella una plataforma que contiene al único
conjunto de estructuras mayas del lugar.
En lo que hace a su historia, se pudo determinar, parcialmente, que Hochob fue ocupada por seres humanos alrededor del año 800 d.C. y abandonado cerca del año 1100 d.C. Pero salieron a la luz del mundo contemporáneo cuando un explorador, Teobert Maler, la conoció y publicó fotos de ella en una famosa revista alemana de Geografía, en 1895. En cuanto a las formas de sus estructuras, esta mítica ciudad sigue el estilo Chenes, con mucha prolijidad en cuanto a la organización de los bloques y un predominio de figuras y
mascarones del Dios Itzamná. Tal como sucede con otras construcciones mayas (como es el caso de Dzibilnocac) la estructura principal se erige tomando la forma del Dios con sus fauces abiertas, amenazante, como puerta de entrada.
Las estructuras que se encuentran y dan forma a este sitio se ubican alrededor de tres plazas: La Plaza Principal limita al Oriente con el Palacio del Este o Estructura I, al Norte con el Palacio Principal o Estructura II, la Estructura III y una plataforma angular que dobla hacia el Sur. A su vez, sobre este lado Sur hay cuatro estructuras interconectadas por plataformas pequeñas y bajas.
El Palacio del Este o Estructura I se constituye de 3 habitaciones. Esta construcción contiene en su ingreso un enorme mascarón zoomorfo que acoge también a las fachadas de los edificios de los costados que son lisas en su mayor parte, con sencillas molduras horizontales que contienen figuras pero en menor proporción y tamaño.
El Palacio Principal o Estructura II es la edificación que posee en su fachada un gigante mascarón del dios Itzamná con expresiones amenazantes. Sus fauces abiertas, cual serpiente a punto de atacar, nos revelan el poder del Monstruo de la Tierra que nos invita a ingresar en sus fortalezas de piedras. Sorprende la perfección y la prolijidad con que los bloques de piedra fueron acomodados para dar forma a la máscara del poderoso dios. Seguramente este lugar era utilizado por los sacerdotes del lugar como habitaciones, o templos o bien como un lugar sagrado e íntimo.
El resto de esta segunda estructura monumental está repleto de representaciones de dioses a través de decoraciones bien al estilo Chenes. La Estructura III tiene como característica el poseer una serie de torres que tienen en sus cimas edificios que simulan templos, con falsas escalinatas, muy propio del estilo Río Bec.
Las Estructuras V y VI forman un conjunto de templos con forma de pirámide en ambos extremos de un edificio conformado por 6 habitaciones con forma de arcos y muros planos, con una decoración sencilla, tal solo piedras que sobresalen, por encima de las molduras de las cornisas. Las escaleras que llevan a los templos de estas estructuras sí pueden usarse (a diferencia de lo que sucedía con la Estructura III cuyas escalinatas no son funcionales) aunque son demasiado empinadas.
En todos los pisos, fachadas, restos de aposentos y muros de las construcciones de Hochob puede observarse vestigios de la antigua decoración basada en cal y arena. Hochob es realmente un sitio donde el estilo Chenes es el protagonista, la mayoría de las estructuras presenta enormes mascarones con las fauces del Dios abiertas, como la boca de la serpiente a escasos minutos de atacar. Sin embargo, en la mitología maya, Itzmaná era el dios supremo, el dios creador de todas las cosas, por eso nunca se lo asociaba con elementos o pensamientos negativos. Quizás, mediante estas construcciones, las invitaciones del dios correspondían a acceder a un poder mayor: la sabiduría. Animarse a explorar lo imperceptible.
Esto es justamente lo que propone la zona de Hochob, animarse a descubrir estos recintos sagrados, a recorrer los antiguos senderos mayas entre la vegetación exótica de la selva característica del estado de Campeche y a conocer más acerca de los enigmas de este pueblo milenario, y por qué no, descubrirse a uno mismo, entrando en contacto con la tranquilidad y la mística del lugar.
Hochob, es una de las zonas arqueológicas mayas más simples de las conocidas hasta el momento en Campeche, pero no por ello menos hermosa y grandiosa. Justamente, el verdadero conocimiento y la belleza suprema, se halla en lo más profundo de lo que se percibe a simple vista. Enseñanzas de Itzamná…
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