En la ciudad de Juchitan, en el estado de Oaxaca, (Mexico) tiene lugar el Monumento a la batalla del 5 de septiembre de 1866, que como indica su nombre rinde homenaje a la histórica batalla de Juchitán.
La escultura es de estilo contemporáneo, su elemento principal es una bella águila junto a la figura de Benito Juárez. Del lado derecho, se puede apreciar la agricultura y la antorcha simbolizando la libertad. Del lado opuesto se representa a la familia y a la educación, dos de las instituciones más importantes para los mexicanos. Además podremos observar en su base dos cañones de guerra. La obra fue creada por el artista Moisés Cabrera para recordar el triunfo del Tercer Batallón Juchiteco frente a las fuerzas del imperio francés.
La batalla del 5 de septiembre de 1866 tuvo lugar en el actual sitio en donde se encuentra el municipio de Juchitán de Zaragoza. La contienda se dio entre el ejército mexicano donde se destacó la participación de los guerreros zapotecos, comandado por el Coronel Máximo Pineda y tropas francesas a favor del Segundo Imperio Mexicano que tuvo lugar tras la intervención francesa en el país y que fue apoyado por los sectores conservadores de la sociedad local.
Cuenta la historia que la batalla tuvo antecedentes nefastos, tras la entrada de las tropas francesas a Juchitán por la zona norte tuvo lugar una matanza con grandes pérdidas para ambos bandos. Los comandantes mexicanos se retiraron hacia Pozo Peralta, aplicando en su huida “La tierra calcinada”: estrategia de guerra en donde quemaron todo lo que podría haberle resultado útil al ejército francés.
Llegada la fecha, los juchitecos heridos y cansado, sumaron a su tropa a los pueblos vecinos y voluntarios, retomando la lucha con las pocas armas con las que contaban: viejas escopetas, machetes y hondas. Sin embargo la batalla tuvo un desenlace sorprendente: obligaron a los franceses a huir del pueblo y retirarse hacia zonas pantanosas, tras la desesperación de ser alcanzados por los juchitecos las tropas comenzaron a hundirse en el pantano. El saldo de la batalla fue una victoria mexicana y una pérdida de aproximadamente 800 hombres para el ejército francés. Los pocos soldados que sobrevivieron huyeron hacia las tierras de Tehuantepec. Se comenta que el general que las comandaba Luciano Prieto, no pudo sobrevivir a la angustia de la derrota, muriendo de una extraña enfermedad nueve días después. La derrota de los franceses en la batalla del 5 de septiembre de 1866 en Juchitán marca el inicio del declive del imperialismo en el estado.
En la actualidad la batalla se encuentra presente en la memoria de la población, recordándola como un hito donde del pueblo logró vencer en condiciones de desigualdad a las fuerzas del imperio de Zaragoza, sede del Monumento a la batalla del 5 de septiembre de 1866, se encuentra ubicado al sudeste de la Ciudad de Oaxaca, a 277 kilómetros tomando la Carretera Federal 190 con destino al Istmo.
Juchitán
Melisa.
La escultura es de estilo contemporáneo, su elemento principal es una bella águila junto a la figura de Benito Juárez. Del lado derecho, se puede apreciar la agricultura y la antorcha simbolizando la libertad. Del lado opuesto se representa a la familia y a la educación, dos de las instituciones más importantes para los mexicanos. Además podremos observar en su base dos cañones de guerra. La obra fue creada por el artista Moisés Cabrera para recordar el triunfo del Tercer Batallón Juchiteco frente a las fuerzas del imperio francés.
La batalla del 5 de septiembre de 1866 tuvo lugar en el actual sitio en donde se encuentra el municipio de Juchitán de Zaragoza. La contienda se dio entre el ejército mexicano donde se destacó la participación de los guerreros zapotecos, comandado por el Coronel Máximo Pineda y tropas francesas a favor del Segundo Imperio Mexicano que tuvo lugar tras la intervención francesa en el país y que fue apoyado por los sectores conservadores de la sociedad local.
Cuenta la historia que la batalla tuvo antecedentes nefastos, tras la entrada de las tropas francesas a Juchitán por la zona norte tuvo lugar una matanza con grandes pérdidas para ambos bandos. Los comandantes mexicanos se retiraron hacia Pozo Peralta, aplicando en su huida “La tierra calcinada”: estrategia de guerra en donde quemaron todo lo que podría haberle resultado útil al ejército francés.
Llegada la fecha, los juchitecos heridos y cansado, sumaron a su tropa a los pueblos vecinos y voluntarios, retomando la lucha con las pocas armas con las que contaban: viejas escopetas, machetes y hondas. Sin embargo la batalla tuvo un desenlace sorprendente: obligaron a los franceses a huir del pueblo y retirarse hacia zonas pantanosas, tras la desesperación de ser alcanzados por los juchitecos las tropas comenzaron a hundirse en el pantano. El saldo de la batalla fue una victoria mexicana y una pérdida de aproximadamente 800 hombres para el ejército francés. Los pocos soldados que sobrevivieron huyeron hacia las tierras de Tehuantepec. Se comenta que el general que las comandaba Luciano Prieto, no pudo sobrevivir a la angustia de la derrota, muriendo de una extraña enfermedad nueve días después. La derrota de los franceses en la batalla del 5 de septiembre de 1866 en Juchitán marca el inicio del declive del imperialismo en el estado.
En la actualidad la batalla se encuentra presente en la memoria de la población, recordándola como un hito donde del pueblo logró vencer en condiciones de desigualdad a las fuerzas del imperio de Zaragoza, sede del Monumento a la batalla del 5 de septiembre de 1866, se encuentra ubicado al sudeste de la Ciudad de Oaxaca, a 277 kilómetros tomando la Carretera Federal 190 con destino al Istmo.
Juchitán
Melisa.
no sirve
ResponderEliminarno mames no me carga la pajina puta madre
ResponderEliminarhannia eres puta
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