4 dic 2012

Guadalajara, visita el Parque Amarillo


Jalisco es uno de los 31 estados que conforman el mapa del territorio mexicano junto con el Distrito Federal, esa inmensa urbe que le gana a cualquier ciudad del mundo en población. La capital de Jalisco, Guadalajara, no se queda atrás y va acercándose cada vez más en cuanto a crecimiento poblacional así como en la calidad y cantidad de servicios y lugares que podemos encontrar en ella, al gigante del centro del país.

Guadalajara es una ciudad que puede caracterizarse de ecléctica. Tiene de todo, para todos los gustos, desde el perfil deportista hasta el perfil cultural, pasando por las personas que se sienten cómodas en lugares tranquilos y por aquellos que anhelan el ruido, las luces y el movimiento de los grandes centros. Solo es cuestión de encontrar, en toda la gama de opciones que nos ofrece, aquella con la que nos sentimos más cómodos.

Dentro de los atractivos en Guadalajara podemos encontrar al Parque Amarillo, un reconocido sitio al aire libre que se encuentra ubicado en el cruce de la Avenida Juan Zubarán con la calle Fray Junípero Serra en la Colonia Jardines Alcalde.

El Parque Amarillo no es solamente uno de los atractivos de Guadalajara sino también el símbolo de pertenencia de los pobladores de Jardines Alcalde a su comunidad pues desde hace años tienen este espacio para reunirse con sus vecinos así como es igualmente disfrutado por los más pequeños que llegan a correr y disfrutar en él.

Pero si hablamos de símbolos y del Parque Amarillo es inevitable nombrar a la gran escultura que encontramos en él y que es su carta de presentación tal como lo es el nombre de una persona, así vemos esta inmensa obra, incapaces de separarla del espacio verde pues para quienes viven allí no se puede hablar de uno sin el otro.

Se trata de la obra escultórica del artista Fernando González Gortázar, llamada “La Gran Puerta” pero renombrado por los habitantes como “El Monumento Amarillo”. El artista es escultor y arquitecto y fue a pedido de otro arquitecto amigo suyo arquitecto, Daniel Vázquez Aguilar, que comenzó a construir esta obra para que el parque tuviera un símbolo emblemático. Con el paso del tiempo se comenzó a deteriorar y ante el peligro de derrumbe se quiso sacar del lugar pero los mismos vecinos rechazaron esa idea y pidieron, en cambio, que fuera restaurada por su propio creador. Este pedido organizado fue escuchado por las autoridades quienes realizaron la inversión, permitiendo que se pueda volver a disfrutar de un símbolo que es parte, no solo del imaginario colectivo de los vecinos sino del mismo disfrute diario de todos.

Un ejemplo de ello es que esta obra de arte es utilizada por los más pequeños como un tobogán, siendo un claro ejemplo de la apropiación de los símbolos y del arte mismo, una apropiación que más que ofender al artista enaltece esa sensación de orgullo al haber creado algo cuya ausencia modificaría la forma de ver el mundo de la comunidad, habituada a ese paisaje amarillo cercano a sus casas.

Rodea a este monumento un extenso y bien cuidado espacio verde en el que muchos practican deportes o simplemente disfrutan del día gracias al aire puro en compañía de una buena lectura. Además de la gigantesca obra de arte, que para muchos simula las iniciales de la colonia aunque el autor no haya tenido esa intención, podemos encontrar en el Parque Amarillo una serie de juegos infantiles así como aparatos para realizar ejercicios para las personas mayores, de manera que este se presenta como un espacio público ideal para relajarnos, ejercitarnos, descansar o quedarnos viendo pasar la tarde.

Tanto la Gran Puerta como el Parque Amarillo figuran en la larga lista de atractivos de Guadalajara, una lista de lápiz afinado para los turistas que no se conforman con visitar solamente el centro y los lugares más conocidos sino que también quieren ser parte de aquellos momentos de dispersión y ocio de la comunidad, esos espacios más queridos y buscados, más tranquilos y arraigados en el imaginario y en el corazón de las personas que habitan esa ciudad.

Poder visitar este interesante sitio nos permitirá conocer más de cerca la forma de ser de las personas que viven en Guadalajara y en esta colonia en especial y cómo se relacionan con los espacios públicos, algo que define mucho a una ciudad y sus habitantes, así como poder ver en primera persona esa gran obra amarilla que tanto cariño y respeto despierta en su propia comunidad.

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